En 2017 cumplí mi primer gran objetivo académico: me gradué de Licenciada en Psicología. Tenía apenas 21 años, pero ya sabía que estaba en el camino correcto.
Durante los años siguientes, continué formándome y creciendo profesionalmente, y a los 24 años, en plena pandemia, logré otro gran hito: abrir mi primer consultorio de psicología clínica.
En medio de tanto trabajo y metas académicas y laborales, había un área de mi vida que estaba quedando un tanto descuidada: mi actividad física y el deporte. Fue entonces, con el consultorio ya en marcha y con una base más estable, que en 2024 me propuse un nuevo objetivo: encontrar un deporte para practicar y reconectar con mi niña interior. Probé con kickboxing y tenis, y poco a poco me fui enamorando de los deportes de combate.
Cada vez me animaba a probar nuevas disciplinas dentro de ese mundo, y en el proceso no solo fui conociendo los deportes, sino también a mí misma y a personas increíbles.Seguí mi corazón y decidí que quería ayudar e inspirar a otros a través de lo que me apasiona.
Así comencé a formarme como entrenadora deportiva y a realizar un máster en psicología deportiva, integrando mis conocimientos académicos con mi experiencia en el deporte para acompañar a otros a alcanzar su máximo potencial, tanto mental como físico.